La verdadera Iglesia no es un objeto, ni una construcción, ni tan siquiera es la sede de una religión. La verdadera Iglesia es un conjunto de personas
unidas por un factor común: el reconocimiento de Cristo como Señor y Salvador de sus vidas.
Ese reconocimiento transforma las vidas de las personas hasta el punto de que llegar a entender su misión en este mundo. El propósito de sus vidas cambia
radicalmente desde los valores que el mundo considera apropiados, y pasa a guiar a las personas para que puedan tener una relación intensa con Dios, amando y sirviendo al prójimo
y comunicando al mundo lo que Jesús es y ha hecho por cada persona.
Si alguna vez te has sentido perdido, si alguna vez te has sentido como algo minúsculo en medio de los gigantes de este mundo, debes saber que eres importante
para Dios y eres importante para nosotros.
El propósito de nuestra iglesia es guiar a las personas a una relación intensa con Dios, amar y servir al prójimo y hacer que Jesús sea conocido en todos los pueblos mediante el poder del Espíritu Santo.
Aspiramos a ser una iglesia fraternal que promueve la unidad, el gran mandamiento y la gran comisión, para la gloria de Dios.
Nuestro lema para este año: Esfuérzate y pon manos a la obra Esdras 10:4
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